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| Facundo Jones Huala - Líder Mapuche |
Finalizada la Guerra del Guano y el Salitre de 1879, el mercenario ejército de chilenos que luchó contra Perú representando a Gran Bretaña, retornó a Chile.
En Chile, cumpliendo órdenes del gobierno de Domingo Santa María, inició operaciones destinadas a extinguir a la nación araucana o mapuche.
El Coronel Gregorio Urrutia estuvo a cargo de las operaciones de exterminio de los pueblos mapuches.
En respuesta, el 27 de enero de 1881, 3 mil indígenas atacaron Traiguén arrasando con las haciendas y el ganado. Tras ser rechazadas sus incursiones en Traiguén y el fuerte de Lebuelmán los mapuches se encaminaron, sumando cada vez más lanzas a atacar el fuerte de Los Sauces, entonces tenían unas 1500. Su asalto fracasó y cuando atacaron la línea del Malleco que creían desguarnecida fueron masacrados, con esto las tropas chilenas pudieron seguir su avance, cruzaron el Cautín, y el 24 de febrero fundaron el fuerte Temuco.
Los araucanos respondieron atacando dos caravanas y matando a 100 personas, en los cerros de Ñielol, ese mismo mes.
Durante el comienzo del mes de noviembre se produjo el último alzamiento indígena: unos 6000 a 7000 mapuches participaron de los combates, resultando muertos o heridos más de mil.
Las tribus araucanas en aquellos momentos, ya menguadas en su número por la guerra constante, podían movilizar solamente 8.000 lanzas: 2.000 de los arribanos, 2.000 de los abajinos, 1.000 de los costinos y el resto huilliches.
Luego de una serie de crueles y masivas matanzas de exterminio por parte del ejército de Chile, los mapuches quedaron casi extinguidos.
En adelante, Chile aplicò medidas de discriminación y segregación contra los mapuches sobrevivientes de los crímenes.
Los que quedaron fueron concentrados en "reservaciones", pequeñas áreas en las peores zonas, con clima severo y suelo infértil.
Las mejores zonas del territorio araucano fueron regaladas a colonos europeos traídos con tal fin.
En 1929, existían 3078 reservaciones indígenas ocupadas por mapuches.
Hasta 1901 habían llegado 36 mil europeos, 24 mil por cuenta de la agencia de colonización y 12 mil llegados por sus propios medios, quienes usurparon las propiedades de los mapuches.
La rebelión mapuche sigue viva en el espìritu de los descendientes de los grandes guerreros, quienes esperan que algún día el territorio que les quitaron injustamente y por la fuerza, les sea devuelto.
Actualmente, Chile sigue su política de segregación contra el pueblo mapuche o araucano. Nunca se ha visto personas de esta etnia ejerciendo el cargo de senador, diputado, ministro, general, almirante, obispo o en cualquier cargo público destacado, algo que debe ser corregido.
Ultimamente, el Gobierno de Chile ha enviado a la araucanía tropas especialmente entrenadas en Colombia, quienes están ya utilizando métodos de ataque que son aplicados a los narcoterroristas y delincuentes de las FARC, el MLN etc. Pero cabría preguntarse ¿son los mapuches narcoterroristas o delincuentes? no rotundo, son gente que simplemente quiere recuperar lo que le robaron y además, que se elimine la segregación y discriminación contra ellos.
Se equivoca Chile en su relación con lo mejor que tiene, la nación mapuche, pero aún tiene tiempo para rectificar. (jlhurtadov@gmail.com)
