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miércoles, 14 de julio de 2021

ENVENENAN ARICA: dejaron residuos tóxicos que están causando numerosas enfermedades y muertes a chilenos pobres e indefensos

 


"Llevamos 36 años muriendo": las dramáticas consecuencias de los residuos tóxicos abandonados desde hace tres décadas por Suecia en Arica - Chile, ciudad fronteriza con Tacna - Perú. 

 

Se estima que hay al menos 12 mil personas afectadas por la contaminación de metales pesados en Arica.


Arsénico, plomo, cadmio y mercurio abundan en la zona.

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30 años después, las consecuencias son evidentes.


Desde Los Industriales, donde aún vive, María José enumera para BBC Mundo las enfermedades de sus cercanos y las propias:


Sus padres murieron de cáncer —su mamá, al útero con falla multisistémica en 2015, y su papá, al pulmón con metástasis cerebral en 2012—, su hermana mayor tuvo cáncer de mamas y su hermana menor tiene fibrosis pulmonar. Su marido sufre la enfermedad de Perthes, que afecta los huesos de la cadera, su hijo mayor es autista, y ella tuvo un embarazo molar en 2013, por lo que estuvo un mes hospitalizada.


La historia se repite en el pasaje donde vive.


Varios vecinos tienen cánceres de distinto tipo, lesiones cutáneas, enfermedades cardiovasculares, mujeres con abortos espontáneos y con dificultad para concebir, y niños con una serie de trastornos neurológicos, entre otras dolencias.


"Llevamos 36 años muriendo", dice la mujer. "Esto no puede ser casualidad. Uno va viendo cómo los vecinos van cayendo enfermos de a poquito, es muy doloroso", agrega.


Todas viven en los conjuntos habitacionales aledaños al relave y, por lo general, tienen una situación económica precaria, por debajo de la línea de la pobreza.


LA HISTORIA DEL MAL


Entre 1984 y 1985 la empresa minera sueca Boliden trasladó casi 20 mil toneladas de residuos tóxicos desde su planta Rönnskär, en Suecia, a la ciudad de Arica.


En un informe en que Promel le solicita al Servicio Nacional de Salud de Chile de la época autorización para desembarcar el contenido proveniente de Suecia, este no era "tóxico" y cualquier persona podía manipularlo.


El documento -publicado por el Servicio Nacional de Aduanas en 1997- es parte del expediente de una comisión investigadora de la Cámara de Diputados de Chile.


El relave fue recibido por la desaparecida empresa chilena Promel que, supuestamente, se encargaría de procesarlo a cambio de más de 1 millón de dólares de la época.


Sin embargo, el trabajo nunca se hizo y el material fue abandonado sin medidas de protección en una zona conocida como "sitio F", que estaba a 250 metros de Sica Sica, la población más cercana.


El problema se agudizó un par de años después, en 1989, cuando se autorizó la construcción de viviendas sociales a pocos metros del lugar.


Eran una especie de "casetas", con cocina, baño, luz eléctrica, agua potable y alcantarillado, pero el suelo era de tierra. Y la tierra estaba contaminada.


Poco a poco, algunos pobladores comenzaron a experimentar picazones, alergias y erosiones en la piel. Pero nadie sospechaba del relave.


"Como no había ninguna información, las autoridades lo atribuían a la suciedad. Decían que la gente no se bañaba y que por eso teníamos estas erosiones", recuerda para BBC Mundo la dirigente poblacional Verónica Lizama, quien vive en Los Industriales desde 1990 y también ha experimentado severos problemas de salud, al igual que sus hijos y nietos (uno tiene síndrome de asperger, otro autismo y un tercero, problemas a la piel).


A mediados de 1990, la dramática situación de esta comunidad comenzó a divulgarse y eso motivó a que algunas organizaciones iniciaran investigaciones de forma independiente.


Una de ellas fue la ONG Servicio Paz y Justicia, que le encargó al químico de la Universidad de Tarapacá Leonardo Figueroa visitar la zona afectada para realizar estudios de suelo.


"Recuerdo que encontré altas concentraciones de plomo y arsénico, dos tóxicos extremadamente contaminantes", le dice a BBC Mundo.


Según la OMS, el arsénico puede producir lesiones cutáneas, cánceres de distintos tipos, diabetes y un efecto negativo en el desarrollo cognitivo de los niños, entre otras cosas.


"El plomo es un metal pesado y por lo tanto tiene una reactividad importante dentro del organismo. Provoca un conjunto de disfuncionalidades, y tiene efectos a nivel cerebral, neuronal, y puede incluso provocar la muerte. El arsénico es más o menos similar, puede provocar cáncer, desarrollo de tumores y lesiones en la piel", agrega.


Pero no fue hasta 1998 cuando las autoridades chilenas reconocieron que había un problema.


Ese año, el Servicio de Salud de Arica tomó muestras del terreno y encontró lo mismo que había descubierto Figueroa años antes.


Las víctimas entendieron por fin la razón de sus extraños malestares.


"Recién ahí nos dimos cuenta de lo que nos estaba pasando a nosotros y a nuestros hijos. Y empezó un largo caminar en búsqueda de justicia, de lucha contra un Estado indolente, que aún no termina", indica Verónica Lizama.


Y aunque la Corte Suprema de la nación sudamericana ordenó medidas de seguridad para las miles de toneladas desechos químicos, el material solo fue trasladado (de forma "temporal") unos metros más allá, al sector de Quebrada Encantada.


 Hoy, los metales pesados están en una zona llamada Quebrada Encantada. Los pobladores han intervenido el lugar para advertir sobre la peligrosidad del contenido.


Más de 20 años después, el relave sigue allí, rodeado de un muro de cemento y cubierto con tierra, un plástico de alta densidad y piedras.


¿Qué dice Suecia?


El caso cobró nueva vida en junio de 2021 luego de que un grupo de relatores de la Organización de Naciones Unidas (ONU) llamara a remediar la situación con urgencia, incluyendo la repatriación del material a Suecia y la compensación de las víctimas.


"Este caso revela décadas de abandono y una grave violación de los derechos a la vida, a la salud y a un medio ambiente sano de los pobladores de Arica que hasta el día de hoy continúan exigiendo justicia ambiental sin recibir respuesta", le dice a BBC Mundo Marcos Orellana, uno de los relatores de la ONU vinculado al tema.


El llamado tuvo cierto eco en Suecia.


De acuerdo con información del diario El Mercurio, el ministro del medio ambiente del país escandinavo, Per Bolund, afirmó el 18 de junio que su país estaba dispuesto a colaborar con Chile "si se solicita esa ayuda".


Esto dio pie a un proyecto de acuerdo del Senado de Chile, presentado el martes 30 de junio, donde se le solicita al Presidente Sebastián Piñera que inicie en el más breve plazo posible las acciones diplomáticas para que el gobierno sueco repatríe los residuos tóxicos.


El ministro de Relaciones Exteriores, Andrés Allamand, le confirmó a BBC Mundo que "la Cancillería chilena está preparando una gestión diplomática directa con las autoridades suecas para tratar el tema (...) que debe ser abordado con un espíritu de cooperación, en el marco de la buena relación bilateral entre ambos países".


Sin embargo, desde el ministerio de Asuntos Exteriores de Suecia le aclararon a BBC Mundo que su gobierno "discrepa" de la afirmación de que ellos deban corregir la situación de Arica. (EL COLMO)


"En el momento de los envíos, no se requería licencia de exportación ya que el material (...) no estaba clasificado como residuo peligroso", señalaron a través de un comunicado.


"Ha transcurrido un tiempo considerable desde que se realizaron los envíos (...) y la situación actual ha sido objeto de revisión por los tribunales nacionales tanto en Suecia como en Chile (...). Es lamentable que el área no haya sido limpiada", indicaron en el documento.


Sobre las palabras del ministro Bolund citadas en El Mercurio indicaron que deben ser entendidas en el contexto de un "diálogo activo" y de "cooperación" que Suecia mantiene con Chile.


ParaMarcos Orellana, de la ONU, tanto Suecia como Chile tienen cartas en el asunto.


Al Estado sueco sí "le compete una obligación máxima de hacerse cargo de este caso", afirma.


"Suecia tenía la obligación internacional de controlar los movimientos transfronterizos de desechos peligrosos y asegurar que las autoridades competentes recibieran información adecuada y oportuna", afirma.


"Y Chile permitió el ingreso de estos tóxicos sin siquiera realizar un análisis químico y luego las autoridades autorizaron y construyeron viviendas sociales en las cercanías y lugares ya contaminados", añade.


El experto en legislación internacional y medioambiente apunta también a la empresa sueca Boliden.


"Boliden sabía del contenido peligroso de los desechos y, en vez de tratarlos en su origen, decidió enviarlos a un lugar donde claramente era previsible que tendría un impacto sobre el medioambiente y la salud de comunidades pobres", dice. (Datos: BBC/Microsoft News) (aquí el artículo completo)


Desprestigio total para Suecia, país hasta ahora considerado modelo de civilización. Las apariencias engañan.


Se requiere de la solidaridad de todos los países sudamericanos ante este grave abuso sueco. 


Del Gobierno chileno se demanda mayor severidad en el reclamo al Gobierno de Suecia de una pronta solución, y otorgamiento de una fuerte indemnización a todas las familias ariqueñas afectadas por esta maldad sin nombre.

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