En las últimas semanas, la evidencia económica de Asia, Europa y Estados Unidos ha apuntado a una economía mundial que se está quedando sin impulso.
China, Europa y Gran Bretaña aliviaron su política monetaria en un espacio de menos de una hora el jueves, indicando un creciente nivel de alarma respecto a la economía mundial, pese a que las sugerencias de una acción coordinada fueron desestimadas.
De los tres, la sorpresa vino desde Pekín, que bajó su tasa de préstamos en 31 puntos básicos, a un 6 por ciento, tras un recorte en la tasa de interés el mes previo que tampoco era esperado.
El Banco Central Europeo (BCE) redujo sus tasas a un mínimo histórico de 0,75 por ciento, tras una serie de malos datos económicos. Sin embargo, se alejó de medidas más agresivas, como una reanudación de su programa de compras de bonos gubernamentales o una inyección de más liquidez a largo plazo para los bancos.
El Banco de Inglaterra (BoE, por su sigla en inglés), cuyas tasas están en un piso histórico de un 0,5 por ciento, dijo que reactivará la imprenta de billetes y comprará activos por 50.000 millones de libras esterlinas (78.000 millones de dólares) con dinero nuevo para ayudar a sacar a la economía de la recesión.
"Es una sorpresa que se estén moviendo tan rápidamente. Muestra que las preocupaciones de las autoridades sobre la economía global sólo han crecido", dijo Mark Williams, economista de Capital Economics en Londres, respecto a la medida del Banco Popular de China.
La próxima semana se espera una serie de datos chinos, entre los que figura el del Producto Interno Bruto (PIB) del segundo trimestre, que las autoridades podrían saber que es pobre de antemano, declaró. Sin embargo, también podrían intentar impulsar la sugerencias de una acción conjunta.
"Las autoridades pueden haber sentido que recortar las tasas el día que lo hizo el BCE causaría un mayor impacto, alentando las conversaciones de una respuesta coordinada a la desaceleración en la economía global", dijo Williams.
"Sin embargo, esto simplemente podría subrayar la seriedad de los riesgos a la baja", agregó.
"NO HAY COORDINACION"
En Fráncfort, el presidente del BCE, Mario Draghi, negó cualquier acción coordinada de bancos centrales como la vista tras el colapso de Lehman Brothers en el 2008.
"Sobre (una) coordinación, no, no hubo (...) eso fue más allá del intercambio normal de puntos de vista sobre el estado del ciclo de negocios, el estado de la economía y el estado de la demanda global", dijo en una conferencia de prensa.
Consultado si las condiciones eran actualmente tan malas como a fines del 2008, cuando el sistema financiero mundial se tambaleaba, Draghi respondió: "Definitivamente no".
La Reserva Federal estadounidense celebrará su próxima reunión el 31 de julio y el 1 de agosto, mientras que el Banco de Japón se reunirá la próxima semana.
El mes pasado, la Fed evitó una nueva ronda de compra de bonos, pero su jefe, Ben Bernanke, dijo que había un "espacio considerable para hacer más" y las firmas de bonos de Wall Street consultadas por Reuters veían un 50 por ciento de probabilidades de otro programa de compra de bonos.
Se espera ampliamente que la economía de China registre su sexta caída consecutiva en crecimiento durante abril-junio.
Los sondeos de gerentes de compra de esta semana arrojaron que las mayores economías de Europa están en recesión o se dirigen a ella, mientras que un estudio paralelo en Estados Unidos mostró el jueves que el crecimiento del sector de servicios se desaceleró en junio a un mínimo de dos años y medio.
¿FUNCIONARÁ?
Los grandes bancos centrales, con sus tasas de interés en mínimos históricos, enfrentan una caída en los retornos.
El Banco de Inglaterra había creado 325.000 millones de libras esterlinas en nuevo dinero antes de la adición del jueves. Al hacerlo, bajó exitosamente los costos de endeudamiento a mínimos históricos, aunque la economía del Reino Unido languidece debido a la recesión.
"El BoE ha sido excesivamente optimista respecto a cuán poderoso es el alivio cuantitativo", dijo Philip Rush, economista de Nomura, refiriéndose a las estrategias de creación de dinero conocidas como alivio cuantitativo.
"El reciente incremento es más que sólo algo simbólico, pero no es tremendamente importante para el panorama para el crecimiento y la inflación", agregó.
La zona euro no está mejor. Draghi dijo que "vemos ahora un debilitamiento básicamente del crecimiento en toda la zona euro, incluyendo el país o países que no lo habían experimentado antes".
Las autoridades podrían responder que si no hubieran actuado todo estaría mucho peor, pero con la mayoría de los recursos de política monetaria ya utilizados, también se necesita de la acción gubernamental para mejorar la situación mundial.
El Fondo Monetario Internacional exhortó a Estados Unidos a eliminar rápidamente la incertidumbre respecto al camino que adoptará en materias de política fiscal, que se endurecerá abruptamente a inicios del próximo año si el Congreso no toma medidas.
El FMI, al igual que otros actores en el mundo, también sigue llamando a la zona euro a resolver su crisis de deuda de una vez por todas.
Las medidas anunciadas en una cumbre europea la semana pasada dieron algo de calma debido a la promesa de acciones para bajar los costos de endeudamiento gubernamental, pero economistas dicen que no se combaten las raíces del problema, que aún representa el mayor riesgo para la economía mundial.
"Pese al avance logrado en el último Consejo Europeo, se mantienen las preocupaciones sobre la deuda y competitividad de varias economías de la zona euro y eso pesa sobre la confianza aquí", dijo el BoE tras su reunión de política monetaria del jueves.
El BCE sigue llamando a los gobiernos de la zona euro para que resuelvan sus crisis de deuda y el jueves ni siquiera discutió medidas "no estándar", como la compra de bonos españoles e italianos, para bajar los costos de endeudamiento, que no son sostenibles indefinidamente.
Las medidas de política monetaria muestran que varios mercados están en la extraña posición de recibir con beneplácito malos datos económicos, o al menos no iniciar una ola de ventas ante ellos.
"El entusiasmo como resultado de la cumbre de la UE la semana pasada se desvaneció, pero (...) estamos en una situación en que los malos datos no son malas noticias necesariamente para las materias primas, debido a que es más probable que lleve a más alivio cuantitativo y otro alivio monetario", dijo Stephen Briggs, analista de BNP Paribas.
(1 dólar = 0,6419 libras esterlinas)
(Reuters - Escrito por Mike Peacock; Editado en español por Patricio Abusleme)