Con un decreto que obliga a los cuarteles, hospitales públicos y organismos estatales de ayuda social a consumir carne de anchoveta (pescado) y cuy, el Gobierno peruano pretende incrementar el consumo de estas especies, sobre todo de esta última.
El fin es reactivar la economía de la sierra, la más deprimida y donde se crían los roedores. También a través del Programa Sierra Exportadora y del auge de la raza Perú, que es más precoz y de gran crecimiento, se pretende subir la oferta exportadora, que en el 2006 fue de 57 000 dólares.
La experta del Instituto Nacional de Investigación Agraria , Lily Chauca, explicó a EL COMERCIO que después de 35 años de mejoramiento genético se logró la raza Perú. A 2 meses de crecimiento, el cuy alcanza un kilo de peso, frente a los 386 gramos que lograban los cuyes criollos. Por eso, ahora Perú podría exportar más carne de cuy, pues antes no llegaba a pesar más de 0,850 kilogramos en edad adulta, frente a 2,5 kilos de la nueva raza. La producción de cuyes precoces permite tener carcasas para exportar.
EE.UU es el mercado natural, que exige cuyes de no menos de 1 250 gramos. Uno de los principales promotores es el zootecnista (peruano- ecuatoriano) Ricardo Ordóñez, quien precisó que hay tres niveles de crianza: el rural para consumo familiar, el familiar-comercial de los hogares que crían para los mercados y granjas, más cerca de la costa, donde es masivo: hasta 15 000 animales por granja. Estas últimas surgieron ante la demanda de cuy, que ha crecido en la costa, por la migración andina a la capital.
La población aproximada de cuyes es de 22 millones y la producción, de 17 000 toneladas de carne anual, según el Programa Sierra Exportadora.
La idea gubernamental es promover la exportación e incentivar el consumo con la compra de carne a los hogares rurales. Pero, según Chauca, se requiere mejorar la productividad con adopción de tecnologías, a través de capacitación en el área rural. Es indudable que actualmente las granjas comerciales manejan la crianza con tecnología, porque la producción es intensiva. El consumo ha subido notablemente en la costa por el cambio en la forma de su comercialización, ya en carcasas, remarcó Chauca. Pero vale la pena destacar que el cuy no solo se vende en los principales mercados, sino también en los grandes supermercados en Lima.
Uno de los distribuidores, Abel Cárcamo, contó que en el 2002 se abrieron las puertas al cuy en la cadena Tottus y en supermercados Metro. Sin embargo, mencionó que para promover su consumo se debe abaratar el precio, de lo contrario la población seguirá consumiendo pollo, que cuesta menos. Y agregó algo más: si bien la población emigrante gusta del cuy, las nuevas generaciones quieren mejores parámetros de calidad. Cárcamo es más crítico. Afirmó que no existen tecnologías para una crianza industrial y que todo lo que se ha investigado es básicamente de la crianza para autoconsumo y venta de remanentes. Al respecto, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología ha destinado 35 millones de dólares para investigaciones en el 2007.
José Jiménez, presidente de PeruCuy, una empresa que promociona la crianza, producción y comercialización de diversos rubros y servicios agropecuarios andinos, refiere que el Gobierno debe trabajar en una campaña para cambiar la concepción, que tiene la población de la costa, sobre su consumo, ya que por su apariencia se lo compara con la rata. Si la población serrana ya lo consume, la idea es dirigirse a la costa. Por eso, PeruCuy promueve la comercialización del cuy mediante nuevas presentaciones. Incluso en las bolsas del producto se anexan recetas de diversos platos y sus cualidades proteínicas en relación con otras carnes. Por ejemplo, que tiene 20,30 por ciento de proteínas frente a 18,30 por ciento del pollo.Según Jiménez, la venta del cuy ha crecido rápido entre el 2004 y 2006, sin embargo, muchos se metieron a dicho negocio sin tener las cosas claras. Por eso muchas granjas cerraron ante la falta de un buen asesoramiento.
Tomado del diario El Comercio de Ecuador 17/02/2007