En Puno, las noticias de Bolivia llegan antes que las del Perú. Este distanciamiento va más allá de lo geográfico. Las relaciones culturales y comerciales con el vecino país han sido desde siempre más intensas que las que esta región sostiene con el resto de Perú. Como ocurre con buena parte del sur andino, el Estado no ha logrado atender con eficiencia las demandas de salud y educación, lo que ha desencadenado un constante enfrentamiento con el Gobierno Central. Sin embargo, durante los últimos meses, algo se ha sumado a esta actitud tradicionalmente conflictiva: las demandas tienen un contenido étnico, azuzado --en parte-- por los emergentes movimientos políticos bolivianos de origen aimara.
"La formación de movimientos políticos agrupados por su identidad étnica sobrepasa las fronteras", dice Carlos Pereyra, del Centro de Estudios Suramericanos y alerta serias tendencias separatistas, originadas por un "Estado ausente que no atiende las necesidades de los ciudadanos y ni siquiera tiene control total de su territorio". Nada más claro para entender la situación de Puno.
La frontera con Bolivia se desvanece con el idioma común, las tradiciones y, recientemente, con los lazos políticos alcanzados entre líderes locales y dirigentes bolivianos radicales, como Felipe Quispe, 'El Mallku', que legitima el uso de las armas para la formación de la nación Aimara.
Y es que, más allá de la influencia política que Venezuela pueda ejercer a través de las casas del ALBA, lo que ocurre en esta región es el surgimiento y la radicalización del discurso de ciertos movimientos políticos --dirigidos por personajes vinculados a la izquierda puneña-- que reivindican la cultura aimara a su manera.
NACIÓN AIMARA
El clima y esa altura que te cansa dos veces no es lo único hostil en Puno. Lo es también su realidad cargada de problemas no resueltos: el narcotráfico en los valles de San Gabán y Alto Inambari, la presencia de una economía articulada al contrabando, agricultura a pequeña escala que enfrenta el reto de aprovechar la Carretera Interoceánica y la multiplicación de conflictos locales, luego del asesinato del alcalde Cirilo Robles, en Ilave.
Para Paulo Vilca, director de la Asociación SER, ONG que trabaja en la zona hace cuatro años, el movimiento aimara se consolida luego de los sucesos de Ilave pero adquiere mayor crecimiento con la llegada de Evo Morales al poder. Y en el caso de los distritos del sur de Puno, con la elección de Fortunato Calli Incacutipa, como alcalde de Ilave, y de Eugenio Barbaito, en Juli (vacado el último viernes por nepotismo). Ambos fueron los artífices de la formación de la Unión de Municipalidades Aimaras (UMA), donde participan representantes de Yunguyo, Huancané y Moho, pero también de Bolivia. Ellos proponen "un modelo de gestión autónomo, basado en la tradición aimara, lejos del centralismo limeño". "Hace más de 500 años que nos vienen explotando, es hora de rebelarnos", dijo Fortunato Calli, acomodado en el frontis de la municipalidad donde ha instalado una placa que dice: Ilave: capital de la gran nación aimara.
El discurso étnico encierra un rechazo por los 'mistis' o 'k'aras', los que no son aimaras. Aún ahora afirman con desdén que Cirilo Robles fue un 'k'ara'. Las corrientes políticas en torno a estas propuestas son en algunos casos oportunistas. El mismo presidente Hernán Fuentes habla mucho de la autonomía regional, de la identidad quechua y aimara; expresa a su vez admiración por el gobierno de Hugo Chávez, apoya las casas del ALBA, comparte ideas con Antauro Humala y preside el Frente Andino Nacionalista (FAN). Instaló hace unos meses la Casa de la Amistad Peruano Venezolana.
El hermano de Fuentes, Isauro, lidera el Frente Andino Revolucionario (FAR). Él es un curtido dirigente político vinculado al MRTA que antes encabezó el Frente Regional de Juliaca. A fines de noviembre presentó el libro de Víctor Polay Campos, en el auditorio de la Municipalidad de Juliaca. Fueron frecuentes sus visitas al penal de Yanamayo para encontrarse con sentenciados emerretistas. La FAR reivindica preceptos étnicos, nacionalistas y el derecho a la insurgencia popular. Según la policía local, esta agrupación se ha reunido en varias ocasiones con 'El Mallku', Felipe Quispe, dirigente que preside el capítulo boliviano de la Coordinadora Continental Bolivariana.
"La FAR está adquiriendo mayor protagonismo. Isauro estuvo vinculado con los conflictos de Tilali, Asillo e Ilave. Trabajan mucho políticamente las zonas de Huancan y Moho y articulan lazos con grupos antidemocráticos", precisa la policía. Muchos mantienen nexos con emerretistas residentes en la zona de El Alto, cerca a La Paz.
En medio de este grupo, tratando de captar seguidores, está Marcial Maydana, flamante presidente de la casa ALBA de Puno que mantiene una relación estrecha con la casa ALBA de Bolivia, adonde viaja frecuentemente. Los asistentes a la inauguración de la casa ALBA aún recuerdan que Maydana prometió pistas, hidrocarburos y dinero para estimular la pequeña y microempresa. "Supongo que él habrá tenido algún tipo de apoyo económico para prometer todo eso", dijo José Gutiérrez Alberoni, miembro del ALBA, que asegura "no ser chavista". Es él quien fundó la versión peruana del Movimiento Andino al Socialismo (MAS).
El ambiente político está movido, sobre todo ahora que solicitan la revocatoria del presidente regional. A estos hechos, se suman las denuncias que Defensoría del Pueblo y la policía reciben sobre recientes incursiones de grupos armados en por lo menos cinco distritos. Nadie sabe quiénes son.
INCURSIONES ARMADAS
Al final de la carretera que une la ciudad de Puno con Huancané y Moho, a un paso de Bolivia, está Tilali, un poblado cuyas calles tienen esa engañosa tranquilidad que suele delatar a los pueblos en los que siempre 'pasa algo'. Para llegar hasta aquí hay que recorrer una carretera que tiene una vista privilegiada del lago Titicaca, pero una pista insufrible. En las alturas de este poblado se encuentra una de las rutas más importantes del contrabando y el narcotráfico; la llaman 'el culebrón'. El 2004, un suceso distinto llevó a este distrito a las portadas de los periódicos: un grupo de pobladores secuestró al gobernador y cuatro policías para exigir la renuncia del alcalde.
Los primeros días de noviembre del año pasado, en las celebraciones de Todos los Santos, los pobladores de la zona de Collata reportaron la presencia de dos columnas de jóvenes uniformados desplazándose por los cerros despoblados de la frontera con Bolivia. Llevaban polos negros y en letras amarillas se leía "ejército popular organizado". "Eran entre 12 y 15 personas, caminaban en dos columnas, como si fueran militares", contó uno de los testigos.
¿Quiénes eran? La policía que custodia la frontera no lo sabe, y en la ciudad --salvo la Unidad de Conflictos de la Presidencia del Consejo de Ministros -- tampoco tienen información. El representante de la PCM, Jhon Catacora, sostiene que este sector tiene mucha influencia del FAR.
Este distrito fue el único del país donde el Partido por la Democracia Social (PDS), de Susana Villarán, alcanzó un sillón municipal. Sin embargo, lejos del apoyo que el alcalde Zenón Cañasaca pudo recibir, afrontó pronto un desamparo político. Sin norte claro, acabó aproximándose al Movimiento Andino al Socialismo (MAS).
Pero la presencia de estos uniformados en Tilali no es lo único que alarma. Durante los últimos meses se ha registrado la presencia de hombres armados en varios poblados de la región. En Antauta, provincia de Melgar, donde Sendero Luminoso asesinó en la década de los 90 a tres de sus autoridades, los comuneros han visto a desconocidos con armas paseando por las calles sin decirles nada. También se han reportado incidentes en las comunidades campesinas de Inchupalla, Cojata, Vilquechico y Rosaspata de la provincia de Huancané. De estas últimas incursiones la Defensoría del Pueblo de Puno ha recibido las denuncias. Hasta la fecha la policía no ha logrado identificar la procedencia o los intereses de estos sujetos.
Estos lugares son rutas del narcotráfico y el contrabando. Tilali, además, se encuentra muy cerca de la zona de influencia de los 'Ponchos Rojos' de Bolivia, agrupación campesina armada que hace un par de meses degolló perros --al mismo estilo de Sendero Luminoso-- en clara amenaza a las autoridades de La Paz.
Para Paulo Vilca, de SER, la penetración de estos grupos "minoritarios pero muy activos" en la población del sur responde, al menos en parte, al debilitamiento de las organizaciones sociales. Sin presencia fuerte del Estado y con partidos políticos democráticos poco activos, las opciones extremistas encuentran el camino libre.
Como apunta la Comisión de la Verdad, las acciones senderistas en esta región tropezaron con la resistencia de un fuerte movimiento social, encarnado en las federaciones, los partidos políticos y la Iglesia Católica. En la actualidad, los grupos extremistas buscan ahondar los vacíos de poder realzados por la ausencia de organizaciones sociales representativas.
Los 'Ponchos Rojos' de Bolivia
La radicalización de los grupos políticos en Puno coincide con la efervescencia extremista en Bolivia. Los 'Ponchos Rojos', un grupo campesino armado con fusiles que Felipe Quispe ( 'El Mallku') impulsó, propone la recuperación del territorio aimara que se extiende hasta Perú y Chile. Hace unas semanas degollaron perros cerca de la frontera con Perú, en Achacachi, en clara amenaza a las autoridades de La Paz. El mismo estilo usó Sendero Luminoso.Sin Estado y con partidos democráticos poco activos, los extremistas encuentran el camino libre
Fue Marcial Maydana, el presidente de la casa del Alba quien consiguió el pequeño local de la calle Alfonso Ugarte, en Puno y quien gestionó la ayuda con los representantes de Bolivia.
¿Cómo se financia esta casa? El presidente del Alba en Puno, Marcial Maydana, no tiene oficio conocido. Eso responden tanto Boris Espezúa y José Gutiérrez, ex miembro e integrante activo de la organización, respectivamente.
ALBA lanza programa de alfabetización
Las casas de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) surgieron como un fantasma mediático en Puno. La noticia llegó más rápido a Lima que a los mismos puneños, quienes después, enterados de las operaciones gratuitas de ojos en Copacabana, cruzaron la frontera por un interés ajeno a lo político.
Las relaciones al interior de la casa ALBA no marchan del todo bien. Hace poco, uno de sus miembros, Boris Espezúa, renunció porque cuestionaba el protagonismo político de algunos de sus integrantes. Sin embargo, cree hasta ahora que esta organización "podría facilitar el ingreso de misiones en salud y educación que beneficien a los puneños". Sostiene que las autoridades regionales comparten intereses en los programas sociales que el ALBA propone.
Hace un par de semanas que se viene impulsando la segunda etapa del ALBA en Puno, el Yo sí Puedo, un programa de alfabetización promovido por Venezuela y Cuba. Boris Espezúa confirmó que la primera parte de este proyecto ya se instaló y que un grupo de docentes de Sandia y Carabaya ha sido enviado a Bolivia para ser capacitado.
Uno de sus miembros, José Gutiérrez Alberoni (ex candidato al gobierno regional por el Movimiento al Socialismo -- MAS) corroboró esta información, aunque señaló que por el momento el presidente de la casa es Marcial Maydana, quien estaba haciendo las coordinaciones para traer desde Bolivia los equipos audiovisuales que necesitaban para el programa educativo.
¿Quién lo financiará? "No lo sé, esos detalles no los sabemos, lo tendrá que responder Maydana. Solo sabemos que quieren implementar el modelo educativo cubano", sentenció.
"La formación de movimientos políticos agrupados por su identidad étnica sobrepasa las fronteras", dice Carlos Pereyra, del Centro de Estudios Suramericanos y alerta serias tendencias separatistas, originadas por un "Estado ausente que no atiende las necesidades de los ciudadanos y ni siquiera tiene control total de su territorio". Nada más claro para entender la situación de Puno.
La frontera con Bolivia se desvanece con el idioma común, las tradiciones y, recientemente, con los lazos políticos alcanzados entre líderes locales y dirigentes bolivianos radicales, como Felipe Quispe, 'El Mallku', que legitima el uso de las armas para la formación de la nación Aimara.
Y es que, más allá de la influencia política que Venezuela pueda ejercer a través de las casas del ALBA, lo que ocurre en esta región es el surgimiento y la radicalización del discurso de ciertos movimientos políticos --dirigidos por personajes vinculados a la izquierda puneña-- que reivindican la cultura aimara a su manera.
NACIÓN AIMARA
El clima y esa altura que te cansa dos veces no es lo único hostil en Puno. Lo es también su realidad cargada de problemas no resueltos: el narcotráfico en los valles de San Gabán y Alto Inambari, la presencia de una economía articulada al contrabando, agricultura a pequeña escala que enfrenta el reto de aprovechar la Carretera Interoceánica y la multiplicación de conflictos locales, luego del asesinato del alcalde Cirilo Robles, en Ilave.
Para Paulo Vilca, director de la Asociación SER, ONG que trabaja en la zona hace cuatro años, el movimiento aimara se consolida luego de los sucesos de Ilave pero adquiere mayor crecimiento con la llegada de Evo Morales al poder. Y en el caso de los distritos del sur de Puno, con la elección de Fortunato Calli Incacutipa, como alcalde de Ilave, y de Eugenio Barbaito, en Juli (vacado el último viernes por nepotismo). Ambos fueron los artífices de la formación de la Unión de Municipalidades Aimaras (UMA), donde participan representantes de Yunguyo, Huancané y Moho, pero también de Bolivia. Ellos proponen "un modelo de gestión autónomo, basado en la tradición aimara, lejos del centralismo limeño". "Hace más de 500 años que nos vienen explotando, es hora de rebelarnos", dijo Fortunato Calli, acomodado en el frontis de la municipalidad donde ha instalado una placa que dice: Ilave: capital de la gran nación aimara.
El discurso étnico encierra un rechazo por los 'mistis' o 'k'aras', los que no son aimaras. Aún ahora afirman con desdén que Cirilo Robles fue un 'k'ara'. Las corrientes políticas en torno a estas propuestas son en algunos casos oportunistas. El mismo presidente Hernán Fuentes habla mucho de la autonomía regional, de la identidad quechua y aimara; expresa a su vez admiración por el gobierno de Hugo Chávez, apoya las casas del ALBA, comparte ideas con Antauro Humala y preside el Frente Andino Nacionalista (FAN). Instaló hace unos meses la Casa de la Amistad Peruano Venezolana.
El hermano de Fuentes, Isauro, lidera el Frente Andino Revolucionario (FAR). Él es un curtido dirigente político vinculado al MRTA que antes encabezó el Frente Regional de Juliaca. A fines de noviembre presentó el libro de Víctor Polay Campos, en el auditorio de la Municipalidad de Juliaca. Fueron frecuentes sus visitas al penal de Yanamayo para encontrarse con sentenciados emerretistas. La FAR reivindica preceptos étnicos, nacionalistas y el derecho a la insurgencia popular. Según la policía local, esta agrupación se ha reunido en varias ocasiones con 'El Mallku', Felipe Quispe, dirigente que preside el capítulo boliviano de la Coordinadora Continental Bolivariana.
"La FAR está adquiriendo mayor protagonismo. Isauro estuvo vinculado con los conflictos de Tilali, Asillo e Ilave. Trabajan mucho políticamente las zonas de Huancan y Moho y articulan lazos con grupos antidemocráticos", precisa la policía. Muchos mantienen nexos con emerretistas residentes en la zona de El Alto, cerca a La Paz.
En medio de este grupo, tratando de captar seguidores, está Marcial Maydana, flamante presidente de la casa ALBA de Puno que mantiene una relación estrecha con la casa ALBA de Bolivia, adonde viaja frecuentemente. Los asistentes a la inauguración de la casa ALBA aún recuerdan que Maydana prometió pistas, hidrocarburos y dinero para estimular la pequeña y microempresa. "Supongo que él habrá tenido algún tipo de apoyo económico para prometer todo eso", dijo José Gutiérrez Alberoni, miembro del ALBA, que asegura "no ser chavista". Es él quien fundó la versión peruana del Movimiento Andino al Socialismo (MAS).
El ambiente político está movido, sobre todo ahora que solicitan la revocatoria del presidente regional. A estos hechos, se suman las denuncias que Defensoría del Pueblo y la policía reciben sobre recientes incursiones de grupos armados en por lo menos cinco distritos. Nadie sabe quiénes son.
INCURSIONES ARMADAS
Al final de la carretera que une la ciudad de Puno con Huancané y Moho, a un paso de Bolivia, está Tilali, un poblado cuyas calles tienen esa engañosa tranquilidad que suele delatar a los pueblos en los que siempre 'pasa algo'. Para llegar hasta aquí hay que recorrer una carretera que tiene una vista privilegiada del lago Titicaca, pero una pista insufrible. En las alturas de este poblado se encuentra una de las rutas más importantes del contrabando y el narcotráfico; la llaman 'el culebrón'. El 2004, un suceso distinto llevó a este distrito a las portadas de los periódicos: un grupo de pobladores secuestró al gobernador y cuatro policías para exigir la renuncia del alcalde.
Los primeros días de noviembre del año pasado, en las celebraciones de Todos los Santos, los pobladores de la zona de Collata reportaron la presencia de dos columnas de jóvenes uniformados desplazándose por los cerros despoblados de la frontera con Bolivia. Llevaban polos negros y en letras amarillas se leía "ejército popular organizado". "Eran entre 12 y 15 personas, caminaban en dos columnas, como si fueran militares", contó uno de los testigos.
¿Quiénes eran? La policía que custodia la frontera no lo sabe, y en la ciudad --salvo la Unidad de Conflictos de la Presidencia del Consejo de Ministros -- tampoco tienen información. El representante de la PCM, Jhon Catacora, sostiene que este sector tiene mucha influencia del FAR.
Este distrito fue el único del país donde el Partido por la Democracia Social (PDS), de Susana Villarán, alcanzó un sillón municipal. Sin embargo, lejos del apoyo que el alcalde Zenón Cañasaca pudo recibir, afrontó pronto un desamparo político. Sin norte claro, acabó aproximándose al Movimiento Andino al Socialismo (MAS).
Pero la presencia de estos uniformados en Tilali no es lo único que alarma. Durante los últimos meses se ha registrado la presencia de hombres armados en varios poblados de la región. En Antauta, provincia de Melgar, donde Sendero Luminoso asesinó en la década de los 90 a tres de sus autoridades, los comuneros han visto a desconocidos con armas paseando por las calles sin decirles nada. También se han reportado incidentes en las comunidades campesinas de Inchupalla, Cojata, Vilquechico y Rosaspata de la provincia de Huancané. De estas últimas incursiones la Defensoría del Pueblo de Puno ha recibido las denuncias. Hasta la fecha la policía no ha logrado identificar la procedencia o los intereses de estos sujetos.
Estos lugares son rutas del narcotráfico y el contrabando. Tilali, además, se encuentra muy cerca de la zona de influencia de los 'Ponchos Rojos' de Bolivia, agrupación campesina armada que hace un par de meses degolló perros --al mismo estilo de Sendero Luminoso-- en clara amenaza a las autoridades de La Paz.
Para Paulo Vilca, de SER, la penetración de estos grupos "minoritarios pero muy activos" en la población del sur responde, al menos en parte, al debilitamiento de las organizaciones sociales. Sin presencia fuerte del Estado y con partidos políticos democráticos poco activos, las opciones extremistas encuentran el camino libre.
Como apunta la Comisión de la Verdad, las acciones senderistas en esta región tropezaron con la resistencia de un fuerte movimiento social, encarnado en las federaciones, los partidos políticos y la Iglesia Católica. En la actualidad, los grupos extremistas buscan ahondar los vacíos de poder realzados por la ausencia de organizaciones sociales representativas.
Los 'Ponchos Rojos' de Bolivia
La radicalización de los grupos políticos en Puno coincide con la efervescencia extremista en Bolivia. Los 'Ponchos Rojos', un grupo campesino armado con fusiles que Felipe Quispe ( 'El Mallku') impulsó, propone la recuperación del territorio aimara que se extiende hasta Perú y Chile. Hace unas semanas degollaron perros cerca de la frontera con Perú, en Achacachi, en clara amenaza a las autoridades de La Paz. El mismo estilo usó Sendero Luminoso.Sin Estado y con partidos democráticos poco activos, los extremistas encuentran el camino libre
Fue Marcial Maydana, el presidente de la casa del Alba quien consiguió el pequeño local de la calle Alfonso Ugarte, en Puno y quien gestionó la ayuda con los representantes de Bolivia.
¿Cómo se financia esta casa? El presidente del Alba en Puno, Marcial Maydana, no tiene oficio conocido. Eso responden tanto Boris Espezúa y José Gutiérrez, ex miembro e integrante activo de la organización, respectivamente.
ALBA lanza programa de alfabetización
Las casas de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) surgieron como un fantasma mediático en Puno. La noticia llegó más rápido a Lima que a los mismos puneños, quienes después, enterados de las operaciones gratuitas de ojos en Copacabana, cruzaron la frontera por un interés ajeno a lo político.
Las relaciones al interior de la casa ALBA no marchan del todo bien. Hace poco, uno de sus miembros, Boris Espezúa, renunció porque cuestionaba el protagonismo político de algunos de sus integrantes. Sin embargo, cree hasta ahora que esta organización "podría facilitar el ingreso de misiones en salud y educación que beneficien a los puneños". Sostiene que las autoridades regionales comparten intereses en los programas sociales que el ALBA propone.
Hace un par de semanas que se viene impulsando la segunda etapa del ALBA en Puno, el Yo sí Puedo, un programa de alfabetización promovido por Venezuela y Cuba. Boris Espezúa confirmó que la primera parte de este proyecto ya se instaló y que un grupo de docentes de Sandia y Carabaya ha sido enviado a Bolivia para ser capacitado.
Uno de sus miembros, José Gutiérrez Alberoni (ex candidato al gobierno regional por el Movimiento al Socialismo -- MAS) corroboró esta información, aunque señaló que por el momento el presidente de la casa es Marcial Maydana, quien estaba haciendo las coordinaciones para traer desde Bolivia los equipos audiovisuales que necesitaban para el programa educativo.
¿Quién lo financiará? "No lo sé, esos detalles no los sabemos, lo tendrá que responder Maydana. Solo sabemos que quieren implementar el modelo educativo cubano", sentenció.