Cristóbal Colón sostenía que podía alcanzarse el lejano oriente, conocido en la época como "Las Indias", desde Europa navegando por el océano Atlántico hacia el oeste, y que era posible realizar el viaje por mar con posibilidades de éxito.
Las Indias eran importantes porque se podía obtener en ellas especias como el clavo de olor, canela, nuez, pimienta, azafrán; perfumes, seda, oro y piedras preciosas.
Pero, no fue así, Colón llegó en realidad a Guanahani, una isla de la actual Bahamas, comenzando así el descubrimiento de América.
Pero, en el siglo XXI, año 2020, el mundo empieza a ver que quizás Cristobal Colón no se equivocó y sí llegó a Las Indias.
El caso es que para enfrentar el Virus Chino o Coronavirus, se requiere obtener una vacuna lo más pronto.
Muchos países desarrollados, que cuentan con laboratorios de investigación de primer orden, están trabajando contra el tiempo con tal propósito.
Los proyectos de vacunas deben ser probados para comprobar su eficacia y seguridad en múltiples animales y en seres humanos.
Y es aquí dónde aparece Latinoamérica, para aportar legiones de conejillos de indias de toda raza, color, tamaño, peso, etnia, rubios, negros, mestizos, amarillos, selváticos, costeños, serranos, de clase alta, media y baja etc.
Pero estos conejillos de indias son especiales, porque son seres humanos, gente que vive en lo que se denomina Latinoamérica, una región del mundo conformada por países eternamente subdesarrollados que pretenden en unos siglos más llegar a desarrollados con poco esfuerzo.
Estos países latinoamericanos, como Argentina, México, Brasil, incapaces de producir vacunas, ofrecen en subasta a sus pobladores como conejillos de indias, a cambio de que los laboratorios de países desarrollados les proporcionen vacunas.
Laboratorios de Europa, de Estados Unidos, de Asia, probarán sus proyectos de vacuna en estos conejillos de indias humanos, todos latinoamericanos.
Con un poco de vergüenza, para encubrir su acción, estos países anuncian que "producirán" vacunas, otros dicen que "científicos latinoamericanos" harán pruebas de vacunas, pero lo cierto es que usarán a sus pobladores como conejillos de laboratorio, sujetos a cualquier contingencia por una mala vacuna.
Latinoamérica una región tan grande, conformada por 20 países, con 650 millones de habitantes, que ocupan un territorio de 22 millones 222 mil km2, ha sido incapaz de crear y desarrollar una vacuna anti virus chino.
Pero, no, hay una excepción, Perú, país que viene desarrollando hasta 2 tipos de vacunas que podrían estar listas en el último trimestre del 2020.
Paradójicamente, parece que los gobernantes de Perú, en la línea de sus pares latinoamericanos, se inclinan por las vacunas en desarrollo en otros países y hasta desean sumarse a ser parte de la oferta de conejillos de indias a cambio de provisión de vacunas del exterior, en vez de jugársela o por lo menos equiparar su interés también por las vacunas peruanas.
Un país desarrollado crea y produce vacunas, y uno subdesarrollado provee los conejillos de indias humanos.
Si para el mundo America Latina está poblada de Conejillos de Indias, pues parece que sí estamos en Las Indias. (jlhurtadov@gmail.com)
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Artículo con el patrocinio de BBSE Best Books Spanish Edition: