Tras varias décadas de intensa búsqueda, los físicos del CERN consiguieron por fin, en 2012, descubrir al elusivo bosón de Higgs, la partícula que explica por qué todas las demás partículas poseen una característica sin la que el Universo no existiría tal y como lo vemos: la masa.
Aquél hallazgo fue, sin duda, uno de los mayores hitos científicos en 50 años, y permitió validar definitivamente el Modelo Estándar, la gran teoría que explica cuáles son y cómo se relacionan entre sí los constituyentes más íntimos de la materia.
Pero como suele suceder en Ciencia, el hallazgo suscitó nuevas preguntas que, desde entonces, los físicos están tratando de resolver. Y la mayor de esas cuestiones es, sin duda, la que tiene que ver con la propia masa del bosón de Higgs: ¿por qué el Higgs es tan ligero? De hecho, según todas las predicciones, la partícula debería de ser unas tres veces más pesada de lo que en realidad es. Y nadie, hasta ahora, ha conseguido averiguar por qué. ¿Podría ser que existieran varios bosones de Higgs, cada uno con una masa diferente? ¿O estamos quizá manejando algún dato erróneo? Lo cierto es que a día de hoy no lo sabemos. Lo que sí que se sabe, sin embargo, es que la masa del bosón de Higgs es un factor determinante para que el universo en que vivimos sea tal y como es.
Ahora, y en un artículo publicado en 'Physical Review Letters', un equipo de físicos propone una fascinante solución al problema. Según Raffaele Tito D'Agnolo, de la Universidad Paris Saclay, y Daniele Teresi, del CERN, la cuestión podría resolverse si, en el momento del Big Bang, ya existían otros muchos universos. Es decir, si había un multiverso. Con su teoría, D'Agnolo y Teresi no solo encuentran una solución para la masa del Higgs, sino que de paso resuelven también el problema de la preservación de simetría en la fuerza nuclear fuerte, la que mantiene unidas entre sí a las partículas que forman los núcleos atómicos.
Pero veamos. Según D'Agnolo y Teresi, el Universo empieza no con uno, sino con una multitud de universos, y en cada uno de ellos el bosón de Higgs tiene una masa diferente, es decir, es más pesado o más ligero. Al calcular cómo evolucionarían estos universos con el paso del tiempo, los dos investigadores descubrieron que los que tenían los Higgs más pesados se volvieron inestables y colapsaron rápidamente, en apenas fracciones de segundo, en un 'big crunch'. De modo que solo lograron sobrevivir los universos con las versiones más livianas del Higgs. En ese escenario, nuestro universo, con un Higgs ligero, logró sobrevivir y evolucionar.
Además, y como premio adicional, la nueva teoría resuelve también una cuestión aparentemente no relacionada sobre la simetría de la fuerza fuerte, que es la que mantiene unidos a los quarks para formar partículas (como protones y neutrones), y a esas partículas para que a su vez formen núcleos atómicos, sin los que la materia no existiría en la forma que la conocemos.
La teoría que describe la fuerza nuclear fuerte se llama cromodinámica cuántica, y en la mayor parte de los modelos existentes la fuerza fuerte no necesita ajustarse a algo llamado 'simetría de paridad de carga', o 'simetría CP'. Pero sin embargo, lo hace. Es lo que se conoce como 'el problema de la CP fuerte'. En su modelo, D'Agnolo y Teresi descubrieron que esas interacciones fuertes simétricas también contribuyen a evitar un colapso del universo. Por lo tanto, y junto a un bosón de Higgs ligero, la simetría CP en la fuerza fuerte podría haber contribuido a la supervivencia de nuestro universo, mientras que los demás colapsaban sin remedio.
Por supuesto, se trata solo de un modelo teórico, uno de los varios que existen para dar una explicación a la masa del Higgs, pero tiene la ventaja de que resuelve otro de los misterios pendientes de la Física. Según Teresi, "nuestro modelo destaca porque es simple, genérico y resuelve estos dos acertijos aparentemente no relacionados a la vez". (José Manuel Nieves - diario ABC de España)
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