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jueves, 13 de diciembre de 2018

El Primer Trabajo

Nissan Patrol
Convenio Estadística y Cartografía Universidad Agraria/Ministerio de Agricultura CONESTCAR
1966




"Darío terminó la universidad en 1965, ocupó el segundo puesto de su promoción.

A los pocos meses presentó su tesis sobre genética del trigo, graduándose con la calificación de sobresaliente en 1966.

En ese año, gobernaba Fernando Belaúnde en una alianza de partidos políticos, Acción Popular - Democracia Cristiana.

Un primo político, casado con una prima hermana de Darío, era una persona que aparte tener un vínculo familiar, frecuentaba bastante su casa.

El fue nombrado ministro de agricultura coincidiendo con el término de los estudios de Darío como ingeniero agrónomo.

Darío se sentía afortunado, y daba por seguro que lo ayudaría colocándolo para trabajar en una institución de primera, donde podría iniciar una gran carrera profesional.

Sacó una cita y fue el día señalado al ministerio de agricultura, en el sexto piso de un edificio en la avenida Salaverry en Lima.

El ministro lo recibió, abrió la puerta, le dio la mano, lo llevó sin soltarlo hacia su escritorio, le preguntó para qué había ido. Darío le dijo que había terminado sus estudios de agronomía y quería empezar a trabajar. Sin dejar de agarrar su mano, él le contestó que le iba a avisar si veía algo como para él, lo condujo hacia la puerta y recién allí le soltó la mano, para que salga de su despacho, cerrando la puerta.

Darío nunca recibió ninguna llamada de él.

Al poco tiempo, reemplazaron al primo político y designaron como su reemplazo a un excelente profesional, ingeniero agrónomo y destacado parlamentario demócrata cristiano.

El Ministerio de Agricultura había sido asignado para su manejo al partido Democracia Cristiana aliado del partido de gobierno Acción Popular.
Durante la universidad, Darío se inscribió en la Democracia Cristiana y empezó a concurrir a sesiones de la juventud de la Democracia Cristiana en Magdalena del Mar.

No conocía personalmente al nuevo ministro, pero por ser integrante del mismo partido, le solicitó una cita, se la concedió y lo recibió muy bien, le hizo tomar asiento y conversó con Darío en forma muy amigable, quien le dijo lo mismo que a su pariente el anterior ministro; pero qué diferente trato y respuesta, le contestó que él necesitaba una persona de confianza en Huánuco, región a la cual representaba en el congreso, y que lo nombraría en una vacante en el programa de estadística y cartografía que el ministerio de agricultura había suscrito con la universidad agraria de La Molina.
Efectivamente, al día siguiente se emitió una Resolución Suprema designando a Darío como Jefe de Zona de este programa, con sede en Huánuco y abarcando los departamentos de Huánuco, Pasco, parte de Ucayali y parte de Junín.

Se le asignó un jeep, un Nissan Patrol de color azul con un tono ya deteriorado por el tiempo, sería del año 1962 o 1963, y se apreciaba que había tenido un uso intensivo.

Sin ninguna instrucción sobre el trabajo a realizar se dispuso el viaje de Darío a la ciudad de Huánuco, una población de la serranía peruana que no conocía, bueno en realidad fuera de Lima Darío solo había viajado por tierra a Piura, y también a Arequipa, Moquegua y Tacna, pero a la sierra nunca lo había hecho y menos conduciendo un vehículo.

Viajó acompañado por un ingeniero del mismo programa, quien tenía como destino la ciudad de Pucallpa en el departamento de Ucayali, en la Amazonía peruana.

Era la primera vez que Darío viajaba por la carretera central peruana, una vía en zigzag que asciende a los andes desde Lima, desde los cero metros de altitud, hasta el punto más alto en Ticlio, a 4 mil 818 metros sobre el nivel del mar.

El recorrido que hicieron fue: Lima - Ticlio - Oroya - Pampa de Junín - Cerro de Pasco - Huánuco.
Al llegar a La Oroya pararon a tomar un café, pero al regresar al jeep no se pudo encender el motor y tuvieron que permanecer algunas horas buscando un taller de mecánica para solucionar el problema.

Cuando reanudaron la marcha ya empezaba a oscurecer y solo guiándose de los avisos o preguntando, lograron cruzar la Pampa de Junín una extensa planicie de gran altitud, llegando a Cerro de Pasco una ciudad minera, muy pobre, de aspecto triste, carente de luz y colores, solo el gris de las minas.

Bajaron un rato para almorzar. Curioso, los platos llegaban humeantes, pero al probarlos la comida estaba completamente fría.

Al caminar por el pueblo también sentían el frío intenso y el efecto de la altura extrema, la falta de oxígeno era notoria, sintiendo agitación.

Continuando su ruta empezaron el descenso hacía Huánuco. Una bendición, empezar a bajar de altura, se sintieron mejor y empezaron a ver un lindo río y miles de eucaliptos por todas partes, el frío y la altura quedaban atrás.

Les agarró la noche viajando, algo que no deseaban por su falta de conocimiento de la ruta. Pero qué maravilla, primera vez que Darío veía un cielo tan lindo, lleno de miles de luces, planetas, estrellas y galaxias a la vista, con un fondo y entorno de absoluta oscuridad que realzaba su presencia.
Pasaron por un pintoresco pueblito llamado Ambo, y luego de unas horas, totalmente cansados y llenos de polvo llegaron a la ciudad de Huánuco.

Al llegar, Darío se sentía perdido en el fin del mundo y empezó a dudar si había hecho bien en aceptar trabajar en una zona que le parecía tan remota y atrasada. Le daban ganas de empezar el retorno inmediato a Lima.

Se despidió de su acompañante de viaje, y se alojó en el hotel de turistas de Huánuco, ubicado en la plaza mayor de esa ciudad.

Luego de un buen baño, y totalmente rendido quedó sumido rápidamente en un profundo sueño. Al día siguiente, despertó más optimista, tomó un buen desayuno en el mismo hotel, y salió a conocer la ciudad.

Cielo azul, sol pleno, ciudad antigua pero acogedora, no se sentía altura ni frío, un ambiente cálido moderado, y la gente amable.

Se presentó en la sede del Ministerio de Agricultura, una casa antigua habilitada para oficinas, conoció al director, una persona amable.

El Conestcar, como se conocía al Convenio de Estadística y Cartografía Universidad Agraria - Ministerio de Agricultura, tenía una oficina destartalada, independizada por tabiques mal hechos de triplay, en el fondo del vetusto local de ministerio. El programa funcionaba en forma autónoma.

Darío conoció a las 3 personas que trabajaban a su cargo, excelentes empleados de buen trato, excelente comportamiento y muy laboriosos.

Ya estaba en la sede, en su oficina, pero no tenía ni idea de cómo hacer el trabajo, no había recibido ninguna instrucción, ni siquiera una hoja de papel sobre la labor a desarrollar.

El Convenio tenía por finalidad acopiar y procesar información estadística sobre la producción agrícola y pecuaria a nivel nacional.

Se habían establecido Zonas, y Darío tenía a su cargo una muy amplia que abarcaba sierra y selva, incluyendo los departamentos de Huánuco, Ucayali y las zonas de Oxapampa y Satipo en Junín.

El ambiente en el ministerio aparentaba ser bastante relajado. Pasó en muchas oportunidades que, cuando regresaba a trabajar después de almorzar encontraba la puerta del ministerio cerrada con un letrerito pegado que decía “Es cumpleaños de nn, estamos en el restaurante xx para celebrar...te esperamos”, a Darío no le quedaba más que regresar a su habitación del hotel.

Por lo que podía apreciar la gente se dedicaba a pasarla bien en sitios de diversión y tomando bastante cerveza, de trabajo había muy poco.

Todos los fines de semana Darío viajaba a Lima a ver a su novia."


Texto: Capítulo XXI "El Primer Trabajo" del libro "La Odisea de Darío en Perú - Parte 1"

Este libro está disponible en Amazon



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