jueves, 18 de octubre de 2012

Extranjeros Vienen a Perú para Estudiar la Carrera de Chef

Vinicius Franzoni (Brasil), Daniela Noriega (Venezuela), Sebastián Hernández (Colombia) y Martín Pfattner (Italia) dejaron sus países para estudiar cocina en nuestro país. (Luis Choy/ El Comercio)

El boom de la comida peruana en el país y en el mundo, ha generado la creación de restaurantes en Perú y países de diversos continentes, los cuales han generado una fuerte demanda de personal debidamente capacitado para prepara la comida de este país. En las prestigiadas escuelas peruanas de cocina ya no solo estudian jóvenes de Perú sino están empezando a llegar personas de otros países alentados por el prestigio del país en materia de conocimiento culinario.

El siguiente, es un excelente artículo que ilustra muy bien sobre la materia, por ello contribuimos a su difusión:


Cuando los Extranjeros Adoptan la Sazón Peruana


por JUAN AURELIO ARÉVALO - Artículo publicado en el diario El Comercio del 18/10/2012

El instituto D’Gallia tiene alrededor de 3.000 alumnos. El 15% es de otros países. Conversamos con una venezolana, un italiano, un brasileño y un colombiano que estudian la carrera de cocina y han quedado fascinados con la comida del Perú.

De los cuatro, Martín es el único que no llegó al Perú para seguir la carrera de cocina. “En realidad, yo llegué de Italia como voluntario para trabajar en una parroquia de Huaycán. Pero me encantó la comida, los insumos y así surgió la idea de estudiar gastronomía”, señala. Vinicius ya había estado ocho veces en el país, pero solo para correr tabla en las playas del norte. Daniela es hija de peruana y Sebastián trabajó en un restaurante de comida criolla en Barranquilla.

— ¿Qué les atrae de la cocina?

Daniela: Es un arte maravilloso. Me gusta desenvolverme rápido. Atender a otras personas. En el fondo es darle felicidad a los demás.

Martín: A mí me gusta la disciplina que existe en una cocina.

Sebastián: Cocinar es una manera distinta de darte a conocer. Con un plato puedes plasmar tus ideas, tu estado de ánimo, lo que sientes.

Vinicius: En mi caso, yo llegué con un grupo de amigos. Pensamos abrir un hostal en Pacasmayo, necesitábamos que alguien se encargue de la comida y para eso estoy aquí. [Él acaba de empezar a estudiar la carrera].

— ¿Les sorprendió la variedad de insumos en la cocina peruana?

S: ¡Sí! En mi país todo es más pequeño; la papa, la cebolla, los granos de choclo. Yo trabajaba en un restaurante peruano y cuando me contaban del tamaño de la comida no lo creía. Decía: ‘¡Embustero! ¡Eso no existe!’ Pero ahora sé que es real.

M: Muchos de estos insumos no existen en casa. Cuando llegué, comí camote por primera vez y dije: ‘¿Qué es esto? ¡Qué rico! Cuando comí mi primera humita me preguntaba ‘¿qué contiene?, ¿qué contiene?’

— Cocinar también es descubrir.

S: ¡Eso! Descubrir. A mí nunca se me hubiera ocurrido que podía existir un choclo morado. ¡Ver para creer! Hay cosas que no comía en mi país y que aquí sí me gustan como el mondongo. Aquí como cau cau, mondonguito a la italiana…

— ¿Qué opina Martín, el italiano, del mondonguito a la italiana?
M: ¿Qué es eso? No comí todavía.

S: ¡Tienes que probarlo!

D: Yo comía comida peruana en Venezuela, pero no es igual preparar los platos afuera.

— Cuéntenme una anécdota de sus cursos de cocina.

S: Vamos a marcar un récord mundial. El 4 de noviembre todos los alumnos vamos a presentar postres. [Son cerca de 3 mil alumnos y cada uno llevará 30 postres al parque Túpac Amaru en Magdalena. Será la mayor muestra de postres peruanos de antaño, contemporáneos y vanguardistas). Hice un mousse con queso azul, utilicé frutas y las decoré con peras al vino y fresas frescas. Ya voy al 75%. Otra cosa que me pasó es que el chef Palmiro de D’Gallia, me llevó a un programa de televisión, “Chef Set” con Javier Ampuero. Grabamos dos programas, ya salió uno.

D: En Semana Santa los alumnos del interior presentaron los platos de su región y los alumnos de Venezuela, Colombia, Chile, Rusia, Bolivia también presentamos platos de nuestros países. Fue muy bonito.

— La cocina une…

D: ¡Ese fue el lema! Nos unió a tantos países dentro de uno solo.

— ¿Hay algo que no les guste de nuestra comida?

D: En Venezuela se come muy poco ají. Mi grupo de primer ciclo se adaptó a mí y saben que no me gusta mucho. He conocido a gente que es masoquista. Comen, les pica y echan más ají.

S: ¡Hasta le echan al arroz chaufa!

D: Creo que el ají está en el peruano. No hay peruano que no coma ají.

V: Algunos europeos no comen vísceras, pero en Brasil sí lo hacemos.

M: Yo como todo.

— La presentación del cuy suele sorprender a los extranjeros…

D: ¡Yo sabía que en el segundo ciclo me iba a tocar hacer el cuy! Así que empecé a ir al mercado a verlo para no impactarme a la hora de tener que prepararlo. Porque parece una rata. Al final hicimos un cebiche de cuy. ¡Sacamos 19! El cuy deshuesado, lo marinamos en una leche de tigre, lo pasamos por cancha y lo freímos super bajito.

S: En Mistura probé suri. ¡Tenía que probarlo! Sabe a coco.

D: Creo que los que somos de otros países apreciamos más la cocina peruana, un instituto como este porque los que estamos fuera sí nos damos cuenta de que esto no lo podemos tener allá. Hay peruanos que dicen yo no como mondongo, o cuy. No lo aprovechan. Yo les digo: ¿por qué se quejan?, ¿por qué no prueban?

— Si al regresar a sus países les preguntan a qué sabe el Perú, ¿qué responden?

V: A cebiche. A productos del mar.

S: Es eterno. Infinito. Prefiero quedarme con una combinación de comida. Yo escogería: cau cau, papa a la huancaína, arroz blanco y tallarines rojos.

D: Para mí el Perú sabe a cultura. (El Comercio)

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