martes, 27 de diciembre de 2011

Contrabando en la Frontera Bolivia Perú


Editorial del diario La Razón de Bolivia del 26/12/2011

Es bien sabido que la zona de Desaguadero, principal punto fronterizo entre Bolivia y Perú, es un lugar donde el Estado más que ausente está vetado, al menos para algunas actividades. Gracias al boyante negocio del contrabando, en ese cruce de caminos bolivianos y peruanos se ha instalado una autonomía de facto y nada permite pensar en que eso cambiará.

En efecto, un periodista de La Razón visitó la zona y evidenció en un extenso reportaje no sólo cuán extendido está el negocio de la exportación e importación ilegal de mercadería y cómo articula una red de servicios asociados al transporte, el comercio y a la seguridad, sino también que, precisamente por esa causa, es la principal fuente de sustento de los pobladores, que no dudarían en defender ese modo de vida a cualquier costo.

El contrabando, además de tener el consentimiento de los pobladores de Desaguadero, está organizado, y personas civiles, ligadas al ilícito, controlan cada paso de los carritos que llevan a uno y otro lado de la frontera la mercancía sin pagar impuestos a ninguno de los dos países. En el punto fronterizo sólo algunos policías piden las pólizas a quienes introducen mercancía en los triciclos, sin embargo, la mayoría de estos contrabandistas burla el reducido control.

Los contrabandistas peruanos y bolivianos operan además junto con los traficantes de drogas. Las “culebras” o caravanas de camiones con mercadería no sólo llevan acero de Arequipa, leche y plásticos. Las autoridades de Bolivia y Perú reconocen este extremo, pues el viceministro boliviano del ramo reveló que más del 52% de la droga incautada en este país proviene del vecino peruano; y al otro lado de la frontera se sabe que las incautaciones de droga que salía de ese país se han multiplicado por cinco en el último año.

Si en algo coinciden el intendente aduanero del Perú en Puno y la presidenta de la Aduana Nacional boliviana, además de la existencia de un intenso comercio ilícito entre ambos países, es en acusarse mutuamente de falta de capacidad y de voluntad para poner freno al cada día mayor contrabando.

Finalmente, está demostrado que el Estado boliviano subsidia parte de la economía de Puno y todas las demás ciudades entre esa capital y Desaguadero, pues allí se compra y vende el gas licuado de petróleo que en Bolivia cuesta mucho menos, así como el diésel, el azúcar, el maíz amarillo y otros productos bolivianos de primera necesidad que en Perú son significativamente más costosos.

Hay, pues, una sólida economía detrás del intenso contrabando entre Bolivia y Perú, que incluye en gran parte mercadería importada desde Chile. Hasta ahora parece haber sido imposible poner freno a este ilícito; sin embargo, esa constatación no debe servir como excusa, pues no hacer algo al respecto es, literalmente, ceder soberanía a grupos mafiosos. (larazon.com)


Nota: Las autoridades de la zona en ambos países se hacen de la vista gorda - ésta es prácticamente una zona liberada tanto para Bolivia como para Perú en la cual no rigen las leyes nacionales y la gente hace lo que le da la gana - los productos libres de impuestos llegan a todo el sur peruano y Lima.



video: http://www.youtube.com/user/larepublicaweb1

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