jueves, 14 de agosto de 2014

Los Satélites Espaciales de la Universidad Nacional de Ingeniería


Los estudiantes, profesores, e investigadores de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) de Perú están construyendo un nuevo satélite de investigación científica.

El nuevo satélite tendrá mayor envergadura que el nanosatélite Chasqui 1, el cual fue lanzado al espacio el pasado 5 de febrero. 

El aparato de 30 kilos de peso se viene trabajando desde el año 2011.

La plataforma del satélite está construida de aleación especial de aluminio anodizado. Tiene forma hexagonal y mide 30 centímetros por lado. Este artefacto orbitará a una altitud aproximada de 400 kilómetros, durante seis meses, luego de lo cual descenderá hasta los 100 kilómetros y luego se incinerará solo en el espacio. 

Su función será tomar datos como las condiciones atmosféricas, flujo de aire, gases, temperaturas y otras variables para procesar. 

Además, en este satélite se colocarán dos cámaras de resolución media que estarán en el espectro visible y habrá un codificador de imágenes que comprimirá éstas hasta reducirla a un tamaño que permita trasmitirla a la Tierra. "El tiempo de descarga de las imágenes comprimidas a la Tierra será menor y eso es importante porque solo habrá 10 minutos como máximo para tener un enlace con el satélite", explicó por su parte el ingeniero Rubén Acosta, que conforma el equipo de científicos que trabaja en el proyecto.

El nuevo satélite dará 16 vueltas diarias a la Tierra y pasará por Perú aproximadamente cada 90 minutos, momento que debe ser aprovechado por los científicos de la UNI para recoger los datos. 

Otro de los módulos que los científicos de la UNI aportarán para ese satélite será un capturador de señales de baja frecuencia, que permitirá buscar correlación entre los sonidos captados y la ocurrencia de fenómenos naturales, como tormentas, sismos y otros. "Cuando los radioaficionados emiten sonidos de muy baja frecuencia, éstos se pueden reproducir con un equipo amplificador y una antena. Esa señal se procesa produciendo una serie de sonidos y ese experimento queremos emular en el espacio pero con la ventaja de estar lejos de la interferencia de los 60 Hertz de líneas de alta tensión que dan energía a las fábricas y a los hogares", explicó el ingeniero Ramón Vargas, otro integrante del equipo. 

Agregó que también podrían recibirse sonidos de otros planetas del sistema solar y fuera de él, así como de las estrellas y también efectos del llamado viento solar. 

El tercer módulo corresponderá al sistema de control de las funciones y la estabilidad del satélite, explicó José Oliden, otro de los ingenieros participantes en el proyecto. 

Se espera concluir el satélite este año. 

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