martes, 14 de diciembre de 2010

Vargas Llosa vuelve al país de sus entrañas


Mario Vargas Llosa, el contador de historias universal que ganó el Nobel de Literatura 2010, volvió anoche al Perú para reencontrarse con sus amores, odios, gozos, sufrimientos y sueños, tras haber recibido la máxima distinción de la Academia Sueca que inmortalizó no sólo su obra, sino también su existencia.

Una mesa rodeada por decenas de periodistas en el aeropuerto fue el escenario de la primera conversación de Vargas Llosa con los medios en su país, ante la gran expectativa nacional que ha generado su llegada a Lima.

"Me alegra mucho que los peruanos hayan sentido este premio como suyo", mencionó Vargas Llosa a la prensa.

El cansancio por el vuelo Madrid-Lima no hizo efecto en el escritor y respondió cada pregunta que se le hizo de buen grado. Incluso varios periodistas acompañaron sus intervenciones con felicitaciones y muestras de su fascinación por el Nobel peruano.

Vargas Llosa no se ha dejado eclipsar por el furor que ha causado su más reciente premio. Al contrario, espera que toda esta curiosidad que ha despertado se vaya diluyendo para volver a su rutina diaria.

"El verdadero éxito se vive en la soledad del escritorio, frente al papel. No creo que un verdadero escritor pueda cambiar su relación con la literatura por los premios que recibe o los que no recibe", señaló el literato durante la conferencia.

El escritor llegó a Lima junto a algunos miembros de su familia y una de las primeras personas que lo recibió en el aeropuerto fue su amigo personal y ministro de Cultura, Juan Ossio, quien lo acompañó a la ceremonia de la Academia Sueca.

El autor de "Conversación en La Catedral" recibirá en estos días diversos homenajes en Lima y en su natal Arequipa. Incluso se hará acreedor de la flamante "Orden de las Artes y las Letras" que le entregará el presidente Alan García.

El destacado novelista es un ciudadano del mundo que dice no sentirse extranjero en ningún lugar, pero cuando habla del Perú su voz se transforma y sus raíces afloran, como ocurrió durante su discurso por el Nobel.

"Al Perú yo lo llevo en las entrañas porque en él nací, crecí, me formé, y viví aquellas experiencias de niñez y juventud que modelaron mi personalidad, fraguaron mi vocación. Lo que en él ocurre me afecta más, me conmueve y exaspera más que lo que sucede en otras partes del mundo", sostuvo el escritor en Estocolmo.

Para Vargas Llosa el Perú no tiene una identidad, las tiene todas. Es un reflejo del mundo en pequeño formato. Es un país diverso, caótico en ocasiones, rico en tradiciones y cultura, heroico, y lleno de emociones a flor de piel que lo marcaron de por vida.

El Nobel fue una distinción siempre postergada para el peruano, pues aunque figuraba durante años en la lista de candidatos, no lograba superar a su competencia. Incluso, se llegó a decir que sus ideas libertarias no eran del agrado de los miembros del comité del premio.

El también periodista ha dicho que el Nobel que le otorgaron "por su cartografía de las estructuras del poder y sus afiladas imágenes de la resistencia, rebelión y derrota del individuo" no lo va a sepultar y que más bien será un impulso a su carrera.

A sus 74 años, el novelista, dramaturgo y ensayista tiene tres hijos, seis nietos, innumerables premios literarios, una derrota en las elecciones presidenciales de su país y dos nacionalidades. Con su vasta obra, el literato revalidó el idioma español y lo puso bajo la mirada atenta de la humanidad

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